Ya hace varios días que volví de Roma (casi una semana), pero la verdad que no había sacado ni tiempo ni ganas de escribir un poco en este blog dejado de la mano de Dios.

En primer lugar, agradecer a Fran (el que nos hospedó a todos los amigotes en su casa) por habernos «inicializado» en el mundo Erasmus, y habernos puesto los dientes largos a todos. Hasta el punto de que ya andamos mirando destinos para ir conociendo Europa a lo Erasmus. ¿A donde me tocará a mi?

Mi impresión de Roma ha sido bastante buena, aunque como no soy un experto en arte, historia y demás, soy consciente de que no he aprovechado este viaje como lo haría un estudiante de Bellas Artes, por ejemplo. Aún así, es una ciudad para caminar, por todas sus calles, aunque con cuidado de donde se come, donde se bebe o donde se toma un helado, porque al entregarte la cuenta en ciertos establecimientos, te puede dar un infarto (todos recordamos esos 8€ por un helado cerca del Vaticano).

Como habría mucho que contar, y ya se me han pasado las ganas, simplemente me despido, haciendo hincapié en lo mal que conducen los romanos (es lo que tiene no tener pintadas ni carriles en las carreteras) , y que con el carnet de Erasmus se entra en muchos sitios más barato (Coliseo gratuíto, Museo Vaticano ahorro de 5€, etc.), y que si no lo tienes, Photoshopéalo que también vale (algún día contaré la historia).

Nos vemos 🙂

PD: le paso el testigo a Rafa que también ha visitado tierras Italianas esta semana 🙂

Pasad buen puente 🙂